Bienvenidos y bienvenidas a esta bitácora donde podréis encontrar materiales y recursos para las asignaturas de Historia, Arte y Geografía de la ESO y de Bachiller que vamos desarrollando en clase

lunes, 17 de febrero de 2014

LA ECONOMÍA DE ENTREGUERAS (1918-1939): materiales de clase

Aquí tenéis los materiales qe vamos usando en clase para este tema de la economía en el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales:





 Producción industrial mundial en %

 Reservas de oro monetario en miles de millones de dólares

 Producción industrial

 Índices económicos en EE.UU.











La campaña de cumplimiento para hacer pagar a Alemania las indemnizaciones de guerra nos parece uno de los más graves actos de locura política de que nuestros hombres de Estado jamás hayan sido responsables […]. El examen científico de las capacidades de pago de Alemania se dejó de lado desde el principio […]. La posición financiera de Francia y de Italia era tan mala que resultaba imposible hacer entrar en razón a estos países en la cuestión de las indemnizaciones de Alemania, a menos que se les mostrase al mismo tiempo algún otro medio para superar sus dificultades (financieras). En nuestra opinión, los representantes de los Estados Unidos cometieron un gran error al no plantear ninguna propuesta constructiva que ofrecer a una Europa trastornada y enferma.

JOHN MAYNARD KEYNES,
Las consecuencias económicas de la paz, 1919


–¿Qué le parece la situación económica y financiera de los Estados Unidos? Algunos estiman que la fachada actual, en apariencia muy brillante, el desarrollo constante de la producción, reflejado en casi todas las estadísticas, el ascenso continuo de las cotizaciones en Wall Street, no podrán mantenerse mucho tiempo y que una crisis brutal estallará un día próximo.
–(Paul Reynaud). No podrá tratarse de una crisis violenta […]. Sin embargo, estimo que una crisis apunta en los Estados Unidos. Algunas fuentes de riqueza están agotadas, los agricultores se quejan, la situación textil es difícil. Hay superproducción de automóviles y los stocks se acrecientan por falta de mercados […]. Por otra parte, el alza continua de los títulos ha desarrollado el gusto por la especulación […]. Algunos retrocesos, como los que se han producido en estos últimos días en Wall Street no deberán ser desdeñados […] estos son los signos precursores.

Entrevista del diario Temps al diputado francés Paul Reynaud,
15 de octubre de 1929

Hasta la invasión del Ruhr, la política inflacionista había sido presidida por el miedo al desempleo. Ahora se había producido un paro masivo, y aunque el renacimiento del espíritu nacional había atenuado en gran parte la virulencia de sus peores efectos secundarios, la inflación seguía con más fuerza que nunca [...] Los pequeños delitos, los delitos desesperados, proliferaban por todas partes [...] En la mayor parte de Alemania comenzaron a desaparecer por las noches los canalones y las cañerías de los tejados. La gasolina se sacaba con gomas de los depósitos de los automóviles. El trueque se convirtió en la forma más corriente de comercio, y los metales y el combustible empezaron a ser utilizados como moneda ordinaria y como medio de pago. Una entrada de cine costaba un trozo de carbón. Con una botella de petróleo se podía comprar una camisa, y con una camisa era posible conseguir las patatas que necesitaba una familia. En 1922 Herr von der Osten pagaba el apartamento de una amiga suya en la capital de la provincia con media libra de mantequilla al mes, pero en el verano de 1923 ya le costaba una libra entera. «Estábamos volviendo a la Edad Media», decía Erna von Pustau. [...] Algunos comerciantes a los que les habían robado se encontraron con que los ladrones se habían llevado las carteras y los maletines en los que guardaban su dinero y habían dejado tirado en el suelo los billetes que contenían.
A. FERGUSSON, Cuando muere el dinero.
El derrumbamiento de la República de Weimar, 1984


Para ellos [los aliados], las deudas de guerra y las reparaciones eran obstáculos al restablecimiento de la vida económica normal en el mundo entero. Estados Unidos, como Reino Unido, era una nación comerciante; estaba interesada en la reapertura de los mercados y en la restauración del poder adquisitivo de todos los países. Pero este renacimiento era imposible mientras la corriente ordinaria del comercio internacional estuviese trabada por la situación anormal resultante de tan enormes pagos como los de las reparaciones y las deudas interaliadas. La anulación era, pues, para los franceses un acto de justicia, y para los ingleses, casi un deber de buena política [...]. Habiendo rechazado el pueblo de los Estados Unidos la tesis francesa como desprovista de todo fundamento moral, y la tesis británica porque imponía a América todos los gastos de esta operación general de anulación, los deudores europeos se encontraron ante el hecho de que América quería cobrar. Supieron también que América les notificaba la intención de rechazar el acceso de sus mercados financieros a todas las naciones que rehusasen consolidar sus deudas e iniciar los pagos. Pero en este momento los préstamos americanos eran todavía el fundamento de toda reconstrucción europea.
F. H. SIMONDS, Histoire de l’ Europe d’après guerre, 1929


Demasiados granjeros americanos se han convertido en hombres de negocios. De 1850 a 1920 las circunstancias excepcionales les han falseado las condiciones económicas [...], la inmensas necesidades de Europa durante la guerra de 1914 han proporcionado al granjero del medio Oeste la ilusión de que le bastaba producir mucho para vender mucho y enriquecerse deprisa. De ahí la tendencia a acrecentar el beneficio comprando máquinas agrícolas, nuevas tierras, y si no se poseía dinero, se tomaba prestado.

A. MAUROIS, Chantiers américains, 1933


Nuestra tarea prioritaria es volver a dar trabajo al pueblo. Esto no es un problema insoluble si lo afrontamos con prudencia. Puede realizarse, en parte, mediante una contratación directa por el gobierno, como en caso de guerra, pero al mismo tiempo llevando a cabo a través de esa contratación los trabajos más necesarios para estimular y reorganizar el uso de nuestros recursos naturales. […] Es posible trabajar en esta tarea mediante esfuerzos precisos para elevar el precio de los productos agrícolas y, con ello, el poder de compra que absorberá la producción de nuestras ciudades. Es necesario esforzarse en ello poniendo término a la tragedia de la creciente desaparición por quiebra de nuestras pequeñas empresas y de nuestras granjas. Podemos facilitar [el empleo] planificando y supervisando en el ámbito nacional todas las formas de transporte y comunicaciones y de otras actividades que presenten claramente un carácter de servicio público […].

F. D. ROOSEVELT, Discurso inaugural , 4 de marzo de 1933

Que os sean útiles.

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